Sobre Sanacion Ancestral

Desde niña, mi alma etsaba conectada a una sabiduría más allá de este mundo. Recibía mensajes sin buscarlos, mis sueños se convertían en realidades antes de que sucedieran, y podía sentir con exactitud lo que otros llevaban en su corazón. Sabía cuándo alguien estaba triste, cuándo su energía estaba cargada, incluso el porqué de su angustia… Pero lo guardé en silencio.

Por años traté de encajar en un mundo que me pedía ignorar mi intuición. Creí que lo mejor era esconder mi don, hasta que un día comprendí que no estaba sola. Había más personas como yo, almas despiertas, sanadores, guardianes de la luz. Fue en ese momento que decidí abrazar mi verdadera esencia y caminar con propósito.

Hace tres años desperté y recordé quién soy en realidad. En ese instante, mi conciencia se expandió y comprendí que mi existencia no comenzó en esta vida, sino que he viajado a través de múltiples encarnaciones, en este y otros mundos. Descubrí que mi alma no solo ha habitado la Tierra, sino que también ha experimentado la vida en otros sistemas solares, en civilizaciones antiguas y en dimensiones más allá de lo que la mente humana puede comprender.

Cada existencia dejó en mí una memoria, un aprendizaje, una huella que ha moldeado mi ser en el presente. Comprendí que muchas de las heridas que cargamos no solo pertenecen a esta vida, sino que son fragmentos de experiencias pasadas que siguen vibrando en nuestro campo energético, limitándonos sin que lo sepamos.

También entendí que no solo estaba aquí para recordar mi propia luz, sino para ayudar a otros que, al igual que yo, llevan en su interior memorias que los limitan, heridas que atraviesan el tiempo, el espacio y las estrellas, impidiéndoles ser libres y conectar con su verdadero ser.

Hoy, a través de Sanación Ancestral, acompaño a quienes buscan despertar su conciencia, sanar sus memorias cósmicas y recordar su origen estelar. Mi propósito es guiar a las almas en su camino de sanación, ayudarlas a liberar las energías que las atan y reconectar con la sabiduría de su esencia. Porque dentro de cada uno de nosotros habita una verdad infinita, solo necesitamos recordar.